Las brujas han sido uno de los arquetipos más fascinantes de la ficción, y la televisión no se ha quedado atrás a la hora de reinventarlas. A lo largo de las décadas, las hemos visto pasar de ser personajes cómicos y familiares a figuras oscuras y perturbadoras, capaces de protagonizar series de culto. Este recorrido nos muestra cómo la pequeña pantalla ha reflejado (y a veces incluso adelantado) la manera en que la sociedad percibe a las brujas: entre el miedo, la fascinación y la reivindicación.
En los años 90, Sabrina: the Teenage Witch se convirtió en una de las series más icónicas para toda una generación. La historia de la adolescente que descubría sus poderes mágicos justo al cumplir 16 años mezclaba humor, situaciones cotidianas de instituto y aventuras fantásticas.
• Lo innovador: presentaba a la bruja no como una amenaza, sino como una protagonista entrañable, con problemas reales y toques cómicos.
• Su impacto: consolidó la figura de la bruja como un personaje juvenil cercano, algo que rompía con la imagen clásica de la bruja malvada.
Años después, Netflix recuperó la historia en Chilling Adventures of Sabrina, con un tono mucho más oscuro, demoníaco y cercano al terror gótico. Esta reinvención mostró cómo el arquetipo de la bruja puede adaptarse a nuevos públicos y narrativas, pasando de la sitcom ligera a la serie de horror adolescente.
A finales de los 90, otro fenómeno televisivo se adueñó de las pantallas: Charmed. La serie seguía a tres hermanas que descubrían que eran brujas destinadas a luchar contra el mal.
• Lo interesante: combinaba el drama familiar con el género sobrenatural, creando un universo propio de demonios, hechizos y luchas épicas.
• La relevancia cultural: se convirtió en un referente del poder femenino en televisión, donde las brujas no eran villanas sino heroínas.
• Legado: marcó una generación de fans y abrió la puerta a muchas series de fantasía protagonizadas por mujeres.
Si hablamos de brujas modernas en televisión, American Horror Story: Coven (2013) merece un lugar destacado. Ryan Murphy llevó la figura de la bruja a un terreno mucho más adulto, violento y polémico.
• El planteamiento: una escuela de jóvenes brujas en Nueva Orleans, marcada por luchas de poder, venganza y magia oscura.
• El tono: sombrío, sangriento y cargado de crítica social (desde la esclavitud hasta el feminismo).
• La repercusión: revitalizó el interés por las brujas como iconos de poder, pero también como símbolos de marginalidad y diferencia.
*Coven* abrió la puerta a una nueva visión de las brujas en televisión: ya no eran solo protagonistas de cuentos de hadas o historias familiares, sino figuras complejas, ambiguas y llenas de matices.
Más allá de Sabrina, Charmed y AHS, en los últimos años hemos visto cómo las brujas siguen siendo terreno fértil para la ficción televisiva:
• The Witcher: aunque centrada en Geralt, los personajes de hechiceras como Yennefer han conquistado a la audiencia.
• A Discovery of Witches: mezcla romance, historia y magia en un universo donde brujas, vampiros y demonios conviven.
• Siempre bruja (Netflix, Colombia): una propuesta juvenil que mezcla el pasado colonial con la contemporaneidad.
• Motherlam: For Salem: una serie más oscura que jugaba con las leyendas y los juicios de brujas en la América puritana.
En todas ellas, las brujas han dejado de ser un cliché y se han convertido en protagonistas con voz propia, símbolos de independencia, misterio y empoderamiento.
El éxito continuo de las brujas en la pequeña pantalla se debe a varios factores:
• Su versatilidad: pueden encajar en la comedia ligera, el terror más oscuro o el drama adolescente.
• Su simbolismo: representan poder, diferencia, rebeldía y misterio.
• Su conexión con la cultura popular: desde la estética gótica hasta el feminismo contemporáneo, las brujas siguen siendo figuras que evolucionan junto a la sociedad.
De la simpática Sabrina de los 90 a las escalofriantes brujas de American Horror Story, la televisión ha demostrado que este arquetipo tiene mil caras y no deja de reinventarse. Las brujas ya no son las villanas de los cuentos, sino protagonistas, heroínas, antiheroínas y símbolos culturales que siguen cautivando a cada nueva generación de espectadores.
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2 comments
A mi también me encantan las series sobre brujas Sabrina y Embrujadas fueron dos de mis series favoritas durante mi adolescencia, yo añadiría también a Willow de Buffy cazavampiros y Samantha de la serie de los 60 Embrujada, te recomiendo Buffy cazavampiros por si no la has visto es una serie de culto llena de dobles lecturas
ResponderEliminarCreo que las series de vampiros y brujas siempre han gustado, y como van evolucionando conforme pasan los años, nunca te terminan casando. Buffy Cazavampiros, pero en el post me centraba más en hablar de ese género y de la evolución, que de recomendaciones. Gracias por leerlo.
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