Repaso de los tres últimos episodios de Sin Identidad


Tras muchas semanas sin escribir en esta sección, vuelvo para hacer un breve pero intenso resumen de lo que ha pasado en los tres últimos episodios, pero antes de ello, quisiera pediros disculpas, pues, la verdad, he estado algo ocupada y no he tenido tiempo de ir al día con las reviews de esta serie.

Dicho lo cual, empecemos.

SI NO LO HAS VISTO, NO SIGAS LEYENDO, CONTIENE SPOILERS.

Tras ver como en el episodio 7, Francisco muere al igual que su nueva mujer por culpa de un atentado, María, descubre que quien está detrás de todo eso es si no, su tío Enrique y por tanto, Alex, el artífice de hacer estallar la bomba, por lo que, tras todo esto, María tiene que cargar con el peso de si hacerse cargo de su hermana pequeña o no, algo que decide apartarlo de su camino por el momento, supongo que para no hacerla sufrir más.

Pero si solo fuese eso, la cosa sería aburrida, así que los productores han querido meter de nuevo a Juan de por medio, para estropearnos los capítulos a quienes shippeamos con fuerza a Pablo y María, pues, lo que comenzó con un plan de acercamiento para seguir con la venganza, se ha convertido en un triángulo amoroso en toda regla, eso si, la única que es consciente de eso es María, porque ni Pablo, ni Juan, saben lo que está pasando realmente.

Si es verdad que a mi Elena me cae igual de pesada que su madre o incluso el chófer (si, los nuevos personajes no me han gustado), pero no se merece, que su prometido, a tan solo unos días de la boda, se esté tirando a otra, por muy mal que me caiga la mujer.

Mientras tanto, Amparito, sigue con sus movimientos en la oscuridad, y hay que decir que no se le da nada mal, pues, sin más ni más, se entera de que Enrique está a punto de palmarla por su enfermedad degenerativa y claro, ella, que se lo quiere quitar de en medio cuanto antes, decide cambiarle las pastillas, al mismo tiempo, que le cuenta a su marido, que su padre se muere y ni tan siquiera se lo dice.

Pero nuestro Enrique, no se podía estar quietecito, y como también él, quiere fuera de su casa a Amparo, le pide a Alex que la vigile, que encuentre a su amante, lo que pasa, que la sorpresa llega, cuando ve con sus propios ojos, que su mano derecha, ese chico en el que ha confiado tanto, se está tirando a su enemiga en el coche donde le lleva a trabajar.

Sobre Miriam, la clínica, la mujer que muere, su hija embarazada y todo el rollo, pues paso de hablar porque la verdad es que me aburre un poquito.

Finalizo así, comentando el giro inesperado y sorprendente que nos han dado con eso de que Luisa parece ser que al fin y al cabo, todo sus problemas venían por no admitir la verdad, que es lesbiana, un giro, que a mi personalmente me ha encantado aunque no esté del todo confirmado, porque creo que vamos a ver a una Vergel diferente y no a la pavi tiesa de siempre, así que me alegro de que lo hayan hecho así.


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