Felicity volvió de almorzar, se sentó detrás de su escritorio y no pudo remediar mirar a la oficina de Oliver, él seguía allí con Digg concentrados en su conversación. De repente Oliver la miró y le sonrió, ella se sintió avergonzada la había pillado mirandolo así que decidió concentrarse en el trabajo.
Llegaron las 5 de la tarde y se puso de pie para irse a casa, se sentía victoriosa había pasado todo el día y había conseguido no quedarse a solas con Oliver, estaba dentro del ascensor y se disponía a darle al botón de bajada cuando una mano se interpuso en la puerta. Oliver hacía acto de presencia ante ella y Felicity solo quería que la tierra la tragase.
Se cerraron las puertas, Oliver le dio al botón de bajada y se puso en el otro extremo del ascensor. No podía creer lo que estaba pasando, sentía como sus piernas le temblaban, como se ponía nerviosa a cada instante y decidió echarse en la pared. Oliver debió darse cuenta que algo le pasaba porque se acercó a ella cuando vio que se ponía blanca.
- Felicity te encuentras bien.
- Si esto... claro porque no debía de estarlo.
- Estas blanca, ni que hubieras visto un fantasma.
- Noooo hombre tú eres mas guapo que un fantasma....... Felicity calla. - Oliver sonrió.
- Porque callar a mi no me molesta. - Oliver se había acercado mas a ella y Felicity había decidido cerrar los ojos, no podía mantenerle la mirada son descubrir lo que sentía por él. Empezó a pensar que cuanto quedaría para llegar abajo y que porque hoy tardaba mas de la cuenta en bajar.
- ¿Felicity?.... No quiero que te asustes pero estamos parados entre las plantas 13-12 se ha roto, pero no te preocupes acabo de mandarle un mensaje a John para que avise a los de mantenimiento. ¿Vale?. - Dijo realmente preocupado, aunque en su voz había un tono de felicidad que no podía ocultar.
- Si claro esta bien, ademas tengo suerte de haberme quedado encerrada con Oliver Queen y Arrow al mismo tiempo no creo que ninguno de los 2 dejara que me pasara nada ¿Verdad?.
- Te puedo asegurar que no lo permitiría, eres demasiado importante para ambos.
- Felicity puedes abrir los ojos, se te ve mejor color de cara, lo que se supone que tus nervios se están calmando, además tenemos que hablar.
- No estoy mejor así.
- Fe-li-ci-ty.... puedo ser muy persuasivo. - Felicity abrió sus ojos para encontrarse con los azules ojos de Oliver, no sabía porque estaba tan cerca pero esa sensación de cercanía le gustaba, podía sentir su respiración y el olor de su piel tan familiar en ella, estaba realmente preocupado por ella.
- De qué quieres que hablemos Oliver. - Su voz sonaba tranquila aunque sentía que le faltaba el aire.
- ¿Qué te parece si empezamos por lo que pasó anoche en la puerta de tu casa?.
- ¿Que quieres decir?.
- Me pides que te bese, una señal un poco clara de que algo sientes por mi y hoy apenas ni me hablas, me miras y te pasas el día huyendo de mí.
- ¡Vaya Oliver! a ti no te gusta andarte por las ramas.
- Ya me conoces así que me vas a contestar. - Cada vez sentía a Oliver mas cerca. Tan cerca que decidió cogerla de la cintura. Sentía como su mano derecha rozaba su camisa de seda blanca y como su cuerpo se estremecía a ese simple contacto.
- Oliver vuelvo a pedirte perdón fue el alcohol, nunca quise.....- No podía continuar, no sabía como explicarle la situación sin decirle sus sentimientos. Así que decidió intentar calmar sus nervios en ese instante. Respiró hondo y volvió a cerrar los ojos.
- Pues vale, no quieres hablar, pues hablaré yo y si me confundo en algo por favor házmelo saber. - Los labios de Oliver estaban tan cerca de ella que pudo sentir su aliento en su cuello, lo que provocó que su estómago diera un vuelco. Así Oliver empezó hablar.
- Sabes lo que creo que anoche querías que te besara y no por los efectos del alcohol, sino porque sientes algo por mí, te gusto, me quieres, me amas. Y hoy al verte rechazada anoche te sentías tan dolida que has estado todo el día haciendo como si yo no te importara. Cosa que sé que es falsa porque se que te importo, lo mismo que tú me importas a mí. - ¿Le importo? Oliver Queen me está diciendo que le importo.
- Ves no es tan complicado de explicar, la verdad es que ha sido muy breve. Así que aquí, ahora y en este momento quiero que me digas si me he confundido en algo. - Oliver volvió a acercase mas a ella y pudo sentir su pecho contra el suyo, si o si le diría algo.
- Si Oliver....si estoy enamorada de ti y si anoche quería que me besaras. Que me besaras como has besado a muchas, pero claro yo no soy del tipo de Oliver Queen. Su voz se rompió por dentro y aunque seguía con los ojos cerrados 2 lágrimas corrieron por sus mejillas. Oliver secó sus lágrimas y acercándose a sus labios le dijo.
- No necesito saber nada mas.- Tardó menos de un minuto en volver a su lado y un minuto mas tarde el ascensor volvió a funcionas. La retirada de su cuerpo contra el suyo le provocó frío, echaba de menos la calidez de su cuerpo, su aliento, su respiración, sus manos, echaba de menos a Oliver. Quería tener esa sensación de calidez todos los días del resto de su vida, no podía imaginar un lugar mejor para ser feliz. Abrió los ojos Oliver la observaba desde el otro extremo, sus ojos reflejaban descanso y a la vez preocupación, quiso hablar pero no le salía las palabras de la boca, entonces empezó a oír a gente fuera preguntándole si se encontraba bien. Alcanzó a oír a Oliver decir que sí, que simplemente se había puesto un poco nerviosa pero ya se encontraba algo mejor.
- ¿Oliver?.- Consiguió decir al fin.
- Si, dime.
- Te importa si esta noche no voy a “trabajar”, no me encuentro bien.
- No te preocupes, descansa.
Oliver bajo las escaleras del sótano, sonreía de felicidad, nunca se había sentido así antes, le gustaba esa sensación. Allí se encontró con Diggle quien le preguntó.
- ¿Y Felicity? Creía que vendría contigo.
- No se encontraba demasiado bien y esta noche no vendrá.
- Oliver ¿Qué has hecho? Pensaba que solo querías saber lo que sentía por ti y por cierto has aclarado tus dudas.
- Ohhhh.....por supuesto amigo y sabes qué, me ama con la misma intensidad que la amo yo a ella.
- Me alegro colega, necesitáis ser felices los 2. Y ella como a reaccionado cuando tu le has dicho lo que sentías.
- No le he dicho nada, no sabía como decirle, como expresarle mis sentimientos, soy un completo tonto y he dejado que se marchara rota de dolor.
- Oliver.... pues deberías ir a su casa aclararle las cosas y no dejar que piense que esta sola en esto.-
- Si pero..y si hay problemas y la ciudad necesita a Arrow.
- Tranquilo esta Roy y Laurel que aunque te cueste reconocerlo han mejorado mucho y Thea y yo estaremos aquí con los ordenadores, ve no seas tonto.- Oliver le dio una palmada en el hombre a su amigo, subió las escaleras y se fue.
Felicity se encontraba en su apartamento se había dado una ducha, se había puesto su pijama favorito y se disponía a comer helado de pistacho con nueces. Todavía se sentía confusa por todo lo relacionado con esa tarde, no entendía como había tenido el valor de decirle a Oliver lo que sentía, aunque claro tampoco no le había dejado opción. Empezó a tener miedo a imaginarse como sería su relación con él a partir de ahora, no podría gastarle bromas sin que en su cabeza recordara sus sentimientos, estaba segura que ya no la consideraría su amiga ni nada por el estilo. Estaba tan concentrada en sus pensamientos cuando oyó el timbre de la puerta.
Corrió a abrir pensando que era su vecina, esa ancianita tan mona que le había regalado a Mit y que una vez por semana venía a su apartamento a preguntar como estaba. Se quedó de piedra cuando vio a Oliver allí parado.
- Oliver... esto... pasa, que haces aquí, hay algún problema en el Verdant que no podéis solucionar. - Dijo con voz temblorosa.
- No venía a hablar contigo. - La voz de Oliver sonaba dulce y tranquila. - Referente a lo que a pasado esta tarde, quería darte una explicación.
- No necesito ninguna. - Le dio la espalda y se encaminó al centro de su sala de estar. -Lo pasado, pasado es y no quiero que vengas con explicaciones que me hagan sentir mejor, lo único que te pido es que respetes mis sentimientos y que por favor las cosas entre nosotros no cambie, me gusta ser tu amiga ¿sabes?.- Se giró para comprobar donde se encontraba exactamente Oliver, cual fue su sorpresa al descubrirlo justo detrás de ella. Le puso un dedo en la boca y le dijo que por favor escuchara lo que tenía que decirle.
- Felicity sabes que no soy muy dado a decir y compartir mis sentimientos, nunca he podido confiar en mucha gente, pero desde que os conocí a Diggle y a ti esa sensación de desconfianza a las personas empezó a cambiar. - Ella lo miraba sorprendida no sabía a donde quería llegar pero se mantuvo allí de pie, a su lado y en completo silencio. - Quiero que entiendas que yo siempre he tenido a muchas mujeres, aunque a ninguna he amado en realidad, pero desde hace un tiempo a esta parte las cosas han cambiado en mi vida, nuevos sentimientos han llegado a ella y al principio estaba bastante confuso hasta que un día, el día que casi te pierdo a manos de Vértigo comprendí que ese sentimiento que crecía dentro de mi era amor, amor hacía ti Felicity.
Menos mal que a lo largo de la conversación Oliver la había cogido de la cintura porque se había caído al suelo.
- Me amas. - Casi no le salía la voz del cuerpo.
- Con la misma intensidad que tu me amas a mí, a no ser que lo de esta tarde fuera una buena función de teatro. - Oliver sonreía y era feliz, la acercó mas a él, ella le echó las manos a su cuello y empezó a tocarle el pelo detrás de la nuca.
- Te puedo asegurar Oliver que no he amado a nadie tanto como te amo a ti. - Se besaron lentamente querían saborear el momento. Oliver era cariñoso, tierno y dulce, sabía que con el a su lado todo sería diferente y por fin serian felices.
Pasaron toda la noche entre besos, abrazos y confesiones, el cansancio hizo acto de presencia y Felicity se durmió abrazada a él, sintiendo el ritmo de su respiración y sabiendo que no había lugar mas feliz en la tierra que estando junto a él. Oliver por su parte se quedó despierto, viéndola dormir realmente era un ángel y él, el hombre que había tenido la suerte de encontrarla.
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