ENTREVISTA | Paula Losada: 'Me hubiera gustado utilizar mi poder para descubrir la verdad de la Marquesa o ser una buena aliada de Catalina'


Después de estudiar danza en la escuela de su barrio y en la Corella Dance Academy, donde se especializó en ballet clásico, Paula Losada debutó en 2022 con su papel en Las Niñas de Cristal, participando después en la película El Balneari o en cortometrajes como Flechas. Sin embargo, su salto a la fama llegó en 2023, de la mano de Jimena de los Infantes, el personaje que ha estado interpretando hasta hace muy poco en la serie diaria, La Promesa, pero, ¿quién es realmente Paula Losada?.

A continuación comparto con vosotros la entrevista que he tenido el placer de poder realizarle a la actriz catalana, donde nos habla de varias cosas, entre ellas, cómo es dar vida a Jimena y qué le hubiese gustado explorar de su personaje en La Promesa.

Primero de todo, bienvenida a Flarrow & More y muchas gracias por aceptar la propuesta de responder a mis preguntas en esta entrevista. Me hace mucha ilusión tenerte como invitada, porque has sido todo un descubrimiento para mí este año, y tenía ganas de poder charlar un ratito contigo.

Muchas gracias a ti.

Quisiera empezar esta entrevista preguntándote cómo surgió la idea de dedicarte al mundo de la interpretación, y qué significa para ti ser actriz.

Aunque mi verdadera pasión desde muy temprana edad fue la danza, la interpretación es algo que siempre estuvo en el aire. Desde muy pequeña, en mi colegio, recuerdo representar una obra de teatro todos los años: escogíamos una temática, y sorprendentemente, bien fuera, por la poca vergüenza que tenía o por cabezuda, acababa interpretando el papel principal de cuentos de fábulas que contar a los alumnos. Supongo que de ahí viene, en gran parte, el querer contar historias a través de la palabra. En mi casa era común pasar los fines de semana viendo películas en el sofá, aunque desafortunadamente, siempre me quedaba dormida. No era el momento. Ahora, para mí, ser actriz significa poder encarnar todas aquellas vidas que nos pertenecen, el poder transitar emociones que no sabía que existían, descubrir que el ser humano tiene millones de aristas y características, y nunca, jamás, habrá dos iguales. Es gratitud y aventura, viajar a pocos metros de mi casa, conocer mundos que solo existen cuando gritan ‘acción’ o se abre el telón de un teatro.

Te hemos visto trabajando en algunas series, películas y cortometrajes. De todos los proyectos que has hecho hasta el momento ¿cuál ha sido el más especial para ti y por qué?.

De todos guardo un bonito recuerdo, porque todos configuran la actriz en la que poco a poco me voy convirtiendo. Sin embargo, Las Niñas de Cristal para mí fue el más especial, porque siento que me dio la posibilidad de empezar de cero en un momento personal de perdida y demasiada calma. Fue quizás el proyecto con el que más intuitiva e inocente fui. Simplemente, decidí confiar en el equipo, en la esencia de lo que la historia contaba, y me convertí en Aurora. A ella, la aprecio y la abrazaré siempre. Hay días, en los que me sigue recordando a mí.

Recientemente te hemos podido ver en La Promesa, interpretando a Jimena de los Infantes, un personaje con muchos fantasmas, que termina de una manera muy trágica e injusta, ¿cómo ha sido para ti interpretarla? y ¿cómo fue grabar esas últimas escenas como Jimena?.

Ha sido diversión pura. Salía a jugar todos los días. Jimena me ha permitido ser amable, frágil, villana, viuda, estratégica, manipuladora, cariñosa, sacar la ira, la tristeza, la locura y la calma, todo al mismo tiempo. He reído y llorado mucho con ella. Por la parte de época que le tocaba, ha supuesto un reto constante, pero también una vida paralela; al final grabar una serie diaria es lo que tiene: convives con el personaje desde que te levantas hasta que te acuestas. Y es que grabar el final de Jimena fue igual de intenso que sus primeros días en ese palacio, una lucha por sobrevivir ante una familia que no parece ser suya. Fueron escenas que recordaré siempre con mucha admiración hacia todos mis compañeros, por ponerlo fácil y estar a disposición de la escena en todo momento. Cabe decir que, dentro de tanto drama, nunca faltaron las risas. Los últimos momentos de Jimena fueron para mí la despedida de un personaje que me ha enseñado mucho, y todo el dolor que el personaje sentía en set se transformó rápidamente en agradecimiento y satisfacción al llegar a casa. Ha sido un viaje precioso.

Al principio, Jimena era un personaje dulce y amable, que poco a poco fue consumida por la oscuridad al sentirse desplazada por los demás, ¿cómo fue ese proceso de pasar de esa simpatía a esa maldad de tu personaje?, ¿cómo lo trabajaste?.

Fue el propio tiempo que me lo dio. Como comentaba antes, tuve la suerte de convivir con el personaje día tras días durante un año y medio. Los propios guiones, incluso la vestimenta del personaje, me daban todo lo que Jimena necesitaba para transitar por todas esas emociones. Ir a set todos los días, te permite no perder detalle de lo que tu personaje vive. Y aunque la rabia de Jimena nunca vivió en mis carnes, sí que me resultaba fácil volver a ella. Si la cámara grababa, sabía exactamente qué gestos tendría, sus reacciones, sus palabras. Si me quedaba en blanco, simplemente recordaba textos pasados, y tiraba para adelante, como pudiera. No creo que Jimena fuera mala, todos llevamos un poco de eso dentro, pero para que salga fuera, nos tienen que dar motivos, y ella, los tenía.

¿Te afectaron las críticas hacia tu personaje? porque a veces las redes sociales pueden llegar a ser muy crueles y ciertos comentarios pueden llegar a hacer mucho daño, ¿te afectaba que la llamasen moños, lánguida, psicópata etc?.

Intenté no hacerle mucho caso. Mientras fuera con el personaje y no con la persona, entendía que debía ser así, y que Jimena estaba consiguiendo lo que en el papel se describía. Siempre habrá gente detrás de las pantallas que quiera sacar sus pensamientos negativos sin sentido a relucir. Siempre digo que si lo hacen, no esperen que yo este detrás de la pantalla leyéndolos. Me basta con la opinión de la gente más cercana, para que si tienen que hacer algún tipo de crítica, al menos que sea constructiva y podamos debatir y aprender sobre ello.

Volviendo a su desarrollo, por unas cosas u otras, Jimena ha sufrido mucho y tuvo una vida algo atormentada y complicada, debido a esas imposiciones de la sociedad, ¿crees que de haber tenido más tiempo, se hubiese profundizado más en esos problemas psicológicos que terminó teniendo tu personaje, y hubiésemos visto una recuperación, hasta el punto de ver a una Jimena libre y feliz?.

En esa época cuesta imaginar que a las mujeres se les ofreciera la ayuda suficiente, o un mínimo de comprensión anverso a la situación por la que transitaban. La figura o el ámbito de la psicología no estaba ni por asomo tan desarrollado como ahora. Muchas mujeres, entonces, eran diagnosticadas con histeria, por la simple razón de no actuar como la norma dictaba, ni como la alta nobleza esperaba. Tener opinión, la ira, la rabia, sentir, transitar emociones, parecía estar mal visto, casi penado, prohibido, suponía un escándalo, tener sentimientos, y que no fueran de los buenos. Gritar, escandalizarse, luchar, era algo que la mujer no se permitía. Jimena nunca hubiera podido liberarse del dolor que llevaba dentro, porque no había más vida ni personas más allá de La Promesa. El palacio es la relación más tóxica que jamás ha tenido. Manuel era un simple añadido. El veneno estuvo siempre puesto, y el dinero siempre fue por delante. Jimena solo hubiera sido feliz con la aceptación de todos, y eso, fuera en 1913 o en pleno 2024, no sucede. Gustar a todos, es una lucha en la que nunca se gana, porque de primeras, jamás deberíamos entrar en batalla. Y ella, lo hizo. La lucha era consigo misma.

A pesar de estar casada, Jimena descubre no solo que no era querida por Manuel, sino que encima le había engañado con otra, ¿crees que Jimena quería de verdad a Manuel o simplemente era una obsesión que tenía casi desde el principio?, porque a veces sí que parecía que ese amor era sincero, pero otras dejaba lugar a dudas. ¿Piensas que Jimena era una persona mala?.

Lo que empezó siendo el enamoramiento común y sincero de una chica de apenas veintiún años, acabó siendo la obsesión de una mujer que nunca iba a ser querida. Siempre digo que, Jimena al principio buscaba el amor verdadero, su cabeza estaba llena de cuentos perfectos, novelas románticas, historias para siempre. Ella solo quería escribir el suyo propio, aun sabiendo que ni siquiera sus padres se querían. Quería ser la princesa, y es por eso que creo que le dolió tanto. Las expectativas altas en algo que desconoce, la llevaron a querer demasiado. Quería tanto a Manuel, que acabó odiándolo por no hacerlo. Jimena no era mala, solo que no supo gestionar, que no la quisieran a toda costa, no ser la persona en la que Manuel pensaba sine die. El dolor y la envidia fueron sus mayores obstáculos para querer y dejar que otros lo hicieran.

Lo que está claro es que a Jimena se le daba muy bien mentir y guardar ciertos secretos, ¿por qué crees que aceptó la ayuda de Abel y su madre para ocultar su falso embarazo?, ¿cuál crees que fue el motivo por el que ella no quiso contar la verdad bajo ninguna circunstancia?.

Por no sentir que tiraba del carro sola, sentirse acompañada. Tener un cómplice siempre tranquiliza, y si es tu madre y al doctor puedes chantajearlo con dinero, no hay nada que pueda torcerse. Decir la verdad suponía aceptar su propia mentira, aceptar que Manuel no la quería, que ni siquiera quería dormir con ella. Aceptar que su cuento no era tan perfecto no era nada fácil. Jimena realmente pensaba que quedaría en cinta; desafortunadamente, nunca sucedió, y tuvo que volver a mentir. Nunca quiso ser una mentirosa, pero la bola cada vez fue haciéndose más grande y hasta que no tuvo algo mayor que su propia mentira (la infidelidad de Manuel), no fue lo suficientemente valiente para decidirse a contar la verdad, aunque para cuando lo quiso hacer, ya era demasiado tarde.

Algo que tampoco llegó a contar, quizás por falta de tiempo, fue la relación secreta entre Jana y Manuel, ¿crees que estaba dispuesta a sacar a la luz esa relación o que de alguna manera entraría en razón y lo habría dejado pasar para aparentar que seguía teniendo un matrimonio feliz, de cara a los demás?.

Ella lo quería contar a toda costa, solo que quiso esperar el momento perfecto. Cuándo ese momento llegó, su mentira ya se había adelantado. Y aunque pudiera ver afecto entre Jana y Manuel, ella siempre mantuvo la idea de que Blanca Palomar era la amante. Para ella, nunca tuvo palabras bonitas. Jimena habría utilizado las fotografías como chantaje de por vida.

Teniendo tramas tan concretas, ¿en algún momento hablaste con Arturo, Ana o Alejandro sobre por dónde iban a ir vuestras tramas o cómo os gustaría que se desarrollasen?, ¿os dejaban improvisar de alguna manera o meter ideas que pudieseis tener, u os teníais que ceñir al guion?.

Siempre fantaseamos con mil posibilidades y mil salidas de guion. Imaginamos una trama de Abel y Jimena, Jana y ella, de repente Manuel, celoso de la relación que tiene, etc. Había muchas posibilidades. Recuerdo que la gente shipeaba a Jimena y a Catalina al principio... y mira como acabó. El guion ha sido el que era, pero sí que en ciertos momentos nos dejaban jugar al despiste, algún que otro gesto. La historia entre Manuel y Jana siempre ha sido muy clara, y con ella la de Jimena.

¿Cómo ha sido trabajar con Arturo García Sancho, Eva Martín, Manuel Regueiro, Alejandro Vergara y el resto de compañeros de reparto? Seguro que hay alguna anécdota que nos puedas contar.

Ha sido muy gratificante y divertido. Con ellxs, aprendía todos los días algo nuevo. Arturo es una fuente de información constante que no deja nunca de sorprender, y os podéis imaginar las horas que hemos pasado juntos. Trabajar con cada uno de ellos ha sido maravilloso, pero sobre todo un viaje de orgullo y admiración hacia ellos, y al equipo. Ha sido bonito ver distintas generaciones en un mismo set, gente con años de experiencia mezclada con la novedad de alguno de nosotros, que apenas empezábamos en este mundo. Si hay algo que me llevo conmigo son las escenas grupales (en el comedor, el salón, el hall de La Promesa); en todas ellas me he reído como niña ‘chica’. Es de agradecer el poder llevar a cabo una escena dramática y entre medias te saquen una sonrisa. Hay una frase que nunca olvidaré de nuestro querido marqués, que es: Nada de ferias... ese día, no hubo persona en set que no te regalara una sonrisa. Fue un momento icónico de rodaje, como muchos otros tantos. Recuerdo, en mi muerte, durante el ensayo mecánico, Ana tenía que sacarme un algodón de la nariz, pero no salía, se quedó pegado con la sangre falsa y entre lágrimas, empezamos todos a reírnos. Tampoco puedo olvidar el día que realmente me caí por las escaleras. Afortunadamente, todo quedó en anécdota.

Y si hubieses podido crear una trama potente para Jimena, más allá de las que ya tuvo en la serie, ¿cuál hubiese sido?, ¿qué te hubiese gustado contar sobre ella o a través de ella?.

Me hubiera gustado utilizar mi poder para descubrir la verdad de la Marquesa, desenmascarar la mentira, ayudar a Catalina, montar a caballo, convertirme en una sufragista del momento, una mujer fuerte sin necesidad de ser amada, ayudar a Martina, escuchar a Jana, ayudar al servicio, luchar por lo que no tienen. Me hubiera gustado ser una buena aliada de Catalina, y con ello acabar con la jerarquía de La Promesa. Ayudar incluso a Jana y a Manuel, ser cómplice de su secreto y aparentar, estar casada para mientras tanto, ser libre y ser dueña de mis propias ideas.

La Promesa ha sido si no me equivoco, la primera serie en la que has trabajado y también tu primera diaria, ¿cómo ha sido trabajar con ese ritmo tan frenético? y ¿qué te llevas de esta experiencia?.

Un reto. La Promesa me ha expuesto a situaciones de resolución rápida, a aprender escenas con poco tiempo, a estar sujeta a mil cambios, a mantener la calma, a retomar la constancia, a querer y odiar mi trabajo, todo al mismo tiempo; pero si algo es compartido por todos mis compañeros es, la estabilidad laboral que te permite el estar en una serie diaria. Empezar y acabar con un mismo propósito. ¿La parte negativa? Lo mucho que te quita en tiempo de vida; cada día de rodaje es agotador, y sabes que al llegar a casa, toca estudiar lo del día siguiente. Aun así, lo que me llevo conmigo por encima de todo es la gran suerte de haber tenido un espacio y tiempo para conocer y comprender al equipo. Me llevo no solo grandes aprendizajes laborales, sino personales, la importancia del respeto y la profesionalidad y como de importante es mantener alejado el ego y la ignorancia.

También has trabajado en Las Niñas de Cristal, una película que como has comentado en alguna ocasión, te ha marcado mucho, ¿cómo fue el proceso de grabación? y por otro lado ¿cómo fue trabajar en un proyecto donde mezclabas dos de tus pasiones; la danza y la interpretación?.

El proceso de grabación lo recuerdo tan fugaz que hay días que lo vivo como un sueño. Era mi primer proyecto, y lo viví como un viaje al que no sabía si iba a volver, aprendiendo de a poquito, observando mucho, viviendo en paralelo mi propia película. Fue fascinante entrar por primera vez en un set de rodaje y sentirme tan cómoda, que todo fuera tan orgánico me sorprendió. Me invade un sentimiento de seguridad, atención, paz y mucho respeto si pienso en ello. Rodar con Jota Linares, y todo su equipo, fue una gran fiesta, controlada, pero alegría pura y mucha diversión. Mucho baile también. No pude tener mejor inicio, que mezclando, dos de mis grandes pasiones, aún yo sin saberlo. Pienso que fue una gran ayuda saber que la danza tenía un peso muy grande dentro de la historia, que como Aurora, si en algún momento entraba en pánico, podría siempre recurrir a la danza.

Cambiando un poco de tema, ¿con qué actor/actriz te gustaría trabajar y por qué?.

Me encantaría trabajar con mujeres referentes en el cine español como Rossy de Palma, Carmen Machi, ver en vivo a una Núria Espert, sentir la sabiduría, y la experiencia delante de mí. Un sueño también sería, Candela Peña, que nos regala siempre interpretaciones sinceras y soñadas. Si algo tienen en común todas ellas, es que el tiempo pasa y todos lo hacemos con ellas, porque sus ojos nunca mienten, ni sus gestos. No necesitan excesos, ni fama, ni redes sociales que verifiquen ni alcen su trabajo. Se necesitan a ellas mismas, su propia herramienta, el amor que tiene a la profesión y lo mucho que siguen a día de hoy persiguiendo un sueño que empezó cuando eran muy jóvenes.

Por último y antes de despedirnos, me gustaría pedirte que recomendases una serie y una película, que tú creas que merece la pena ver.

Hay una serie que vi hace un par de meses que me gustó mucho y es, Això no és Suècia, una comedia dramática protagonizada por Aina Clotet y Marcel Borrás. Y película, All That Jazz, la descubrí recientemente a través de un amigo director, y me encantó.

Muchas gracias de nuevo por concederme este ratito en el que te hemos podido conocer más, y espero que pronto podamos volver a encontrarnos. Este espacio es para ti, para que puedas decir lo que te apetezca.

Supongo que me gustaría sencillamente dar las gracias, es un placer siempre poder expresarte no solo como tu personaje lo haría, sino como actriz y persona que hay detrás de la pantalla. Es gratificante saber qué hay quién valora quién se dedica a profesiones en el ámbito artístico y lo hace de una forma tan cerca y con un interés real. Así que, gracias. Un saludo y un abrazo bien grande para todos aquellos que hayan querido o de casualidad hayan leído esta bonita entrevista. Nos vemos pronto.

Además de la entrevista, Paula Losada también ha querido aprovechar la ocasión para mandar un saludo a todos los fans de La Promesa y a toda esa gente que le apoya incondicionalmente. Os dejo con su vídeo.


Gracias de todo corazón por visitar el blog. Si te ha gustado este post, compártelo y no olvides seguirme en Twitter e Instagram, así como activar las notificaciones, para que os avise cuando haya contenido nuevo.

 Flarrow & More 

0 comments