Soy Delorean Milenario, quizás me conozcas porque hace unos meses ya escribí en Flarrow & More un artículo recomendado cinco series, o quizás me conozcas por la serie a la que he dedicado gran parte de mi contenido, aunque empezara (y siga) hablando de Star Wars, Regreso al futuro, Marvel y DC, y por la que vengo a Flarrow & More nueve meses después, hoy tras casi diecinueve años de emisión ininterrumpida con un cambio de cadena y como consecuencia un cambio de nombre, termina Amar Es Para Siempre.
Hace unos meses cuando en mi blog teorizaba sobre el final de Amar escribía lo siguiente: “ va a ser raro no tener a las marcelinadas de Marce, las discusiones intrascendentes en El Asturiano con Pelayo, Sebas y compañía en las que parece que van a cambiar el mundo, las discusiones de Justo y Benigna, la amistad de esta última con Manuela, los gritos de Carvajal, a Leonor, Lenin, Cristina, Guillermo o Quintero peleando por un mundo más justo, a Héctor, Asun, Bonilla, Arratia, Carballo, Jorge o cualquiera de los muchos detectives que han pasado por la serie dispuestos a engancharnos con sus investigaciones.”
Creo que con esas líneas se entiende muy bien lo que ha sido para Amar Es Para Siempre, que Amar ha sido más que la típica historia de amor de sobremesa, que dentro de Amar siempre había sitio para muchísimas más historias y personajes que te marcaran. En estos meses he tenido mucho tiempo para pensar lo que es Amar para los fanes, como diría nuestro querido Marce; si cuando volvió el Grand Prix lo promocionaban como el programa del niño y el abuelo, Amar Es Para Siempre es la serie intergeneracional. He visto como mucha gente lo escribía en Twitter en las últimas semanas y sobre todo se lo he leído a Itziar Miranda (Manolita Sanabria) en un montón de entrevistas a lo largo de los años: son muchos nietos y nietas que se han enganchado a la serie gracias a sus abuelas y abuelos y ese ha sido el gran acierto de Amar, no apuntar a un target concreto, al contrario de lo que mucha gente pueda pensar, porque eso ha sido lo que ha permitido mantener a la serie viva durante casi veinte años, junto a renovar casi todo el reparto año tras año.
No sé si como homenaje esa relación intergeneracional se trasladó a Amar a través de Pelayo y Leonor, curiosamente a mi me empezó a llamar la atención AETR por ellos dos, el caso que ha contado tantas veces Itziar Miranda es el mío, si bien no me enganché del todo hasta la segunda temporada de Amar Es Para Siempre, mis primeros recuerdos de Amar vienen con la época en TVE cuando era Amar En Tiempos Revueltos y son precisamente con las conversaciones con Pelayo (Jose Antonio Sayagués) y Leonor (Alejandra Lorenzo), posteriormente esas conversaciones se trasladarían a Amar Es Para Siempre, pero con otras dos actrices, Elena Jiménez y Natalia Rodríguez, que interpretarían a Leonor, estos cambios, afortunadamente, siguieron manteniendo intacta la esencia de las conversaciones entre abuelo y nieta.
Y sinceramente con todas las historias que nos han contado y todos los personajes que han desfilado por la Plaza de los Frutos (y la de Santo Tomé) lo que más bonito ha dado son las historias tras las cámaras, todo lo que ha generado, todo lo que ha conseguido unir, me encanta que al estar tantos años en emisión ha dado tiempo a que hayamos tenido personajes cuyos intérpretes han crecido viendo la serie junto a su abuela como es el caso de Zaira Romero (Maribel en la T11) o en esta última temporada Carlos González (Rafa) y Claudia Vega (Gala) o no ya que han crecido, contó Antonio Molero (Benito Guerrero) que su madre le pedía que que le fuera haciendo spoilers del resto de tramas, pero que no lo hacía porque él también estaba enganchado a AEPS.
Por todo esto Amar será para siempre.
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