Tras comprobar que Pelayo ha escapado, Cecilia y Elena siguen su rastro hasta unos billares de barrio, decididas a obtener respuestas. Para ello, intentan ganarse la confianza de los hombres de dudosa reputación que están allí, y Elena se sorprende al descubrir la soltura con la que Cecilia se mueve en ese entorno. Sin embargo, su investigación no da frutos y el paradero de Pelayo sigue siendo un misterio.

En el restaurante, la tensión entre Elena y Julio va en aumento. El reportaje no ha generado el impacto que esperaban y, como si no fuera suficiente, Elena conoce mejor a Lola y queda encantada con su personalidad, lo que intensifica su sentimiento de culpa por la atracción que siente hacia su socio. Mientras tanto, Julio insiste en contratar a un viejo conocido que se ha quedado sin trabajo. Su llegada descoloca a Ana, que queda atónita al descubrir que se trata de Roberto, el joven insolente al que despidieron del cabaret tras la agria discusión que tuvo con ella.

En paralelo, Ana decide provocar a Cecilia para que reconozca por fin lo que siente por Manuel; Lourdes le confiesa a Rosa que está enferma, le suplica que guarde el secreto y ella acepta, con la condición de que acuda al médico. La joven se ve obligada a lidiar también con otro asunto: un roce entre ella y Miguel hace que Fermín intervenga, provocando un encontronazo entre ambos. Tras una jornada repleta de emociones, las chicas regresan a casa y se encuentran con una sorpresa de lo más desagradable en el salón.